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Una noticia falsa enciende la chispa de la ultraderecha en Reino Unido

En las últimas semanas, el Reino Unido ha sido sacudido por una serie de disturbios perpetrados por grupos de ultraderecha. Estos incidentes se han producido en varias ciudades importantes como Londres, Liverpool, Bristol, Manchester y Leeds. La chispa que desencadenó esta ola de violencia fue una noticia falsa difundida en redes sociales, alegando que un migrante había cometido un crimen grave: el supuesto secuestro y asesinato de una joven británica. Esta información, rápidamente desmentida por las autoridades, provocó una oleada de indignación y ataques racistas dirigidos principalmente contra personas negras, asiáticas y musulmanas.


Las redes sociales han jugado un papel crucial en la escalada de estos disturbios. La difusión de noticias falsas y la manipulación de información han legitimado la violencia contra los inmigrantes, exacerbando los conflictos raciales. La rapidez con la que se propaga la desinformación en plataformas como Twitter, Facebook y WhatsApp ha permitido que el odio racial se expanda rápidamente, resultando en un aumento significativo de crímenes de odio. Esta desinformación ha sido utilizada por grupos extremistas para incitar a la violencia y movilizar a sus seguidores, contribuyendo a un clima de miedo y tensión.


La violencia fascista tiene una larga historia en el Reino Unido, que se remonta a los años 1920. En aquel entonces, los judíos, rusos, comunistas y anarquistas eran los principales objetivos de los grupos extremistas. Hoy en día, los musulmanes, refugiados y solicitantes de asilo han tomado su lugar como principales blancos de los ataques. Este patrón de violencia refleja una persistente intolerancia y odio que ha evolucionado a lo largo del tiempo.


En respuesta a estos ataques, ha habido manifestaciones antifascistas en varias ciudades del Reino Unido, promoviendo la unidad y la tolerancia. Organizaciones como Stand Up To Racism están desempeñando un papel crucial en la organización de protestas y la defensa de los derechos de las comunidades afectadas. Estas manifestaciones buscan contrarrestar el odio y fomentar un mensaje de inclusión y diversidad.


El Reino Unido cuenta con una sólida tradición de resistencia antifascista. Desde la histórica batalla de Cable Street en 1936, donde una coalición de judíos, comunistas, y trabajadores locales logró detener una marcha de la Unión Británica de Fascistas, hasta las protestas en Lewisham en 1977, en las que la comunidad local y activistas antifascistas enfrentaron a la Frente Nacional, los movimientos antifascistas han jugado un papel crucial en contrarrestar el auge del extremismo. Estas acciones demuestran un espíritu de lucha y solidaridad que sigue vigente, reflejado en las recientes manifestaciones contra la ultraderecha en respuesta a los disturbios actuales.


El resurgimiento de la ultraderecha moderna en el Reino Unido se ha visto impulsado por partidos como UKIP y su sucesor, Reform UK, liderado por Nigel Farage. La retórica racista y ultraconservadora, junto con el clima antiinmigrante exacerbado por el Brexit, han contribuido al aumento de la violencia contra los inmigrantes.


Figuras públicas y líderes políticos, como Mick Lynch, Jeremy Corbyn y Zarah Sultana, han condenado enérgicamente la violencia y llamado a la unidad. Hay un resurgimiento de la movilización social contra la extrema derecha, recordando las luchas antifascistas del pasado y subrayando la necesidad de continuar defendiendo la diversidad y los derechos humanos en el Reino Unido.


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