Tecnofeudalismo y la propuesta del “Webfare”

Una lectura relacional desde Varoufakis y Ferraris [1]
Esta lectura explora la relación entre el “tecnofeudalismo”, descrito en la obra “Tecnofeudalismo: El sigiloso sucesor del capitalismo” (2024), del economista griego, Yanis Varoufakis (1962)[2], como un sistema en donde las plataformas digitales concentran poder y extraen rentas de los usuarios, y el “Webfare”, una propuesta del filósofo italiano Maurizio Ferraris (1956), para establecer una nueva justicia social en la era digital. La iniciativa ética del ilustre pensador se desarrolla en su libro “El manifiesto del Webfare: De la guerra de los datos al bienestar de los datos" (2025).
Ferraris argumenta que la Web es fundamentalmente un sistema de registro y capitalización, donde los usuarios generan un valioso "capital documedial". El Webfare busca redistribuir este valor generado por los usuarios, contrastando con la desigualdad que el tecnofeudalismo perpetúa al concentrar la riqueza en manos de las grandes tecnológicas. Así, el Webfare es una respuesta ética y normativa a los problemas planteados por el tecnofeudalismo, planteando una nueva forma de bienestar social basada en el reconocimiento del valor de los datos de los usuarios y la prioridad de la necesidad sobre el mérito.
Una lectura relacional entre ambas obras
Según Yanis Varoufakis, siguiendo a su colega Cedric Durand, el capitalismo se ha visto reemplazado por un sistema denominado como tecnofeudalismo y dirigido por una nueva élite: “los nubelistas”. En este nuevo sistema, los mercados tradicionales han sido sustituidos por plataformas digitales que actúan como feudos de las grandes tecnológicas.
La obtención de beneficios ha dado paso a la extracción de rentas por parte de los propietarios del "capital de la nube", quienes se convierten en los nuevos señores feudales, mientras que el resto de la población vuelve a una condición similar a la de los siervos medievales. Este sistema de explotación es la causa de nuevas manifestaciones de desigualdad, que se unen a las anteriores.
Maurizio Ferraris, por su parte, propone el Webfare como un proyecto de transformación social que busca una nueva forma de justicia social en la era digital. Su propuesta se basa en una "revolución copernicana de la Web" que la considera principalmente como un sistema de registro y capitalización, más que solo de información y comunicación. Ferraris destaca que los usuarios, a través de su actividad en la Web, generan una gran cantidad de datos (capital documedial) que son capitalizados por las plataformas. Es decir, por los feudos de los “nubelistas” que enuncia Varoufakis.
La conexión entre ambas teorías reside en el hecho de que el Webfare se presenta como una posible solución a los problemas de desigualdad y explotación que Varoufakis describe en el tecnofeudalismo. Mientras el tecnofeudalismo señala la concentración de poder y riqueza en las manos de las grandes plataformas digitales a través de la extracción de rentas de los usuarios, el Webfare busca reconocer y redistribuir el valor generado por la actividad de estos mismos usuarios.
Puntos de relación entre Ferraris Varoufakis
La teoría del tecnofeudalismo como la propuesta del Webfare reconocen el poder significativo que han adquirido las grandes plataformas tecnológicas. El tecnofeudalismo lo describe como un poder feudal, como espacio de posesión es la nube informática, mientras que el Webfare busca contrarrestar su control exclusivo sobre los datos y el valor generado. Asimismo, la reflexión sobre el Webfare se centra en la idea de que los datos generados por los usuarios tienen un valor económico intrínseco. Este valor, según la teoría del tecnofeudalismo, es apropiado por las grandes tecnológicas a través de la extracción de rentas. El Webfare propone mecanismos para que este valor sea reconocido y redistribuido.
En ese sentido, Ferraris apuesta por un nuevo sistema de compensaciones y, por lo tanto, de justicia social. De ahí que el objetivo central del Webfare es establecer una nueva forma de bienestar social basada en la necesidad y la redistribución de la “plusvalía documedial”. Esto contrasta con el aumento de la desigualdad que Varoufakis atribuye al tecnofeudalismo.
El Webfare del profesor Ferraris, a través de iniciativas como los "bancos de virtud", busca socializar las ganancias obtenidas de la capitalización de los datos de los usuarios. Recordemos que en el marco del Webfare, este tipo de banco busca aprovechar el valor de los datos generados por los usuarios para fines de bienestar social, redistribuyendo los beneficios de la capitalización de estos datos hacia aquellos que más lo necesitan, en lugar de enriquecer exclusivamente a las grandes plataformas tecnológicas. Se basa en la idea de que la necesidad es un elemento productivo capaz de generar nuevas riquezas que pueden ser redistribuidas equitativamente
Esto nos lleva a entender la relación conflictiva entre emancipación y servidumbre de otro modo. Mientras el tecnofeudalismo plantea una nueva forma de "servidumbre" digital, el Webfare aspira a ser un instrumento de "emancipación" al devolver a los usuarios una parte del valor que generan con su actividad en la red. En efecto, el Webfare busca una "revolución copernicana de la Web" que sitúe en el centro no el mérito, sino la necesidad, entendida como aquello que iguala a los seres humanos. La estrategia principal para esta emancipación, implícita en el Webfare, se basa en reconocer, capitalizar y redistribuir el valor generado por la actividad de los usuarios en la Web.
En síntesis, el tecnofeudalismo ofrece un diagnóstico crítico del nuevo orden económico digital, caracterizado por la concentración de poder y la extracción de valor por parte de las grandes plataformas. El Webfare, por otro lado, se presenta como una propuesta ético-normativa, surgida de la crítica ética, que busca mitigar los efectos negativos de este sistema, promoviendo una distribución más equitativa de la riqueza generada en el entorno digital a través del reconocimiento y la redistribución del valor de los datos producidos por los usuarios. El Webfare, en este sentido, podría ser considerado un "plan B" o una estrategia para "revelar por fin su talón de Aquiles" al sistema que Varoufakis describe.
Una renovación conceptual para nueva época
Las obras de Yanis Varoufakis y Maurizio Ferraris se presentan como una renovación conceptual porque ambos autores proponen nuevas categorías y marcos de análisis para comprender las transformaciones fundamentales de las últimas décadas. Sus trabajos desafían las concepciones tradicionales y ofrecen interpretaciones novedosas de la realidad actual. No me voy a explayar en la renovación conceptual que plantea Varoufakis, que ya fue desarrollada anterior. Si no a la reformulación conceptual del profesor Ferraris. Dada la importancia de este aporte conceptual, resulta interesante detallarlas de forma explícita.
Maurizio Ferraris concibe a la Web como un sistema fundamental de registro ("documentalidad"), donde cada interacción se inscribe y genera un nuevo tipo de valor denominado "capital documedial". El pensador italiano propone una "revolución copernicana de la Web" al desplazar el énfasis de la información y comunicación hacia esta función de registro, que considera esencial para comprender la realidad social digital. En contraposición a la priorización del mérito que ha generalizado el neoliberalismo, el autor sugiere un "Webfare" centrado en la necesidad como principio de justicia, explorando mecanismos como los "bancos de virtud" para mutualizar el valor de los datos.
Reinhart Koselleck (1923-2006) nos hacía reflexionar sobre la función fundamental de los conceptos para la comprensión de una época, ya que son necesarios para tener, acumular e integrar experiencias vitalmente. De esta manera, los conceptos integran las experiencias pasadas tanto en nuestro lenguaje como en nuestro comportamiento, lo que nos permite comprender lo acontecido y enfrentarnos a los retos del pasado, prepararnos para el futuro y comunicar nuestras experiencias.
Las crisis conceptuales operan en los cambios de época cuando los conceptos existentes no logran aprehender o interpretar adecuadamente las nuevas realidades, experiencias o estados de cosas que surgen. Esto se debe a que los conceptos están imbuidos de experiencias pasadas almacenadas lingüísticamente y sus significados están regulados por contextos lingüísticos preexistentes.
Durante los cambios de época, la velocidad de transformación de la realidad puede superar la velocidad de transformación de los conceptos, generando una tensión entre lo que se experimenta y las herramientas lingüísticas disponibles para comprenderlo. Por muchas razones, las apuestas conceptuales de Varoufakis y de Ferraris se presentan con dos maneras de reelaborar el marco de ideas a fin de conducirnos comprensivamente en el mundo complejo que vivimos.
[1] Este texto fue leído durante la presentación del libro “El manifiesto del Webfare "De la guerra de los datos al bienestar de los datos", obra del filósofo Maurizio Ferraris, llevada a cabo el 13 de marzo en la librería Communitas de Lima, con presencia del autor.
[2] Exploramos este tema en nuestro artículo “¿Adiós capitalismo, bienvenido tecnofeudalismo?”, publicado el 28 de noviembre del 2024 en este mismo sitio web: https://www.elsalmon.info/post/adi%C3%B3s-capitalismo-bienvenido-tecnofeudalismo
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