Massachusetts declara apóstatas y subversivos a los cuáqueros
El gobierno de la colonia inglesa de Massachusetts ha declarado oficialmente a los cuáqueros como apóstatas y políticamente subversivos, intensificando una severa persecución religiosa. La legislación punitiva recientemente aprobada prohíbe la entrada de miembros de la Sociedad Religiosa de los Amigos (cuáqueros) en la colonia bajo amenaza de severos castigos, incluidas multas, encarcelamiento flagelación pública, destierro e incluso ejecuciones, lo que marca el inicio de una persecución implacable.
Las autoridades puritanas, encabezadas por el gobernador John Endecott, justifican estas medidas acusando a los cuáqueros de promover un "peligroso desorden social" y de socavar la autoridad política y religiosa establecida.
Los cuáqueros, que rechazan los rituales religiosos formales, abogan por la igualdad espiritual de todas las personas y la comunicación directa con Dios, sin intermediarios clericales. Esta postura ha desatado la ira de los puritanos, quienes consideran que la falta de orden en su adoración es una amenaza al sistema teocrático que gobierna la colonia. Además, los cuáqueros promueven ideas revolucionarias como la igualdad de género, la abolición de la esclavitud y la paz, negándose a jurar lealtad al gobierno y oponiéndose a la autoridad civil y militar.
Desde la llegada de los primeros misioneros cuáqueros Mary Fisher y Ann Austin a Boston en julio de 1656, las autoridades puritanas han implementado políticas estrictas para erradicar su influencia. Fisher y Austin fueron encarceladas y sus libros fueron quemados públicamente. El castigo físico, las multas y el destierro se han vuelto comunes para aquellos que profesan la fe cuáquera. En casos extremos, los cuáqueros han sido condenados a muerte, como ocurrió en 1659 y 1660 cuando William Robinson, Marmaduke Stevenson y Mary Dyer fueron ahorcados por desafiar las órdenes de destierro de la colonia.
Este endurecimiento de las leyes refleja el profundo temor de las autoridades puritanas a la propagación de lo que consideran una herejía peligrosa. Además, la colonia ha establecido una recompensa de 100 libras por la captura de cualquier barco que traiga cuáqueros a Massachusetts. Aunque esta persecución es respaldada por muchas otras colonias inglesas en América del Norte, los cuáqueros han encontrado refugio en lugares como Rhode Island, donde Roger Williams ha defendido la libertad religiosa.
Este conflicto entre puritanos y cuáqueros no solo es una batalla religiosa, sino también política, ya que desafía la estructura jerárquica y el poder autoritario de los líderes coloniales.
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