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La revolución sacude Inglaterra con el derrocamiento del rey católico




Londres, 11 de diciembre de 1688 – En un momento decisivo para la historia de Inglaterra, un grupo de nobles protestantes ha logrado derrocar al rey católico Jacobo II, poniendo fin a un turbulento reinado y marcando el inicio de una nueva era de monarquía parlamentaria. Este evento, conocido como la Revolución Gloriosa, no solo transformó la política inglesa, sino que sentó las bases de principios democráticos que influirían en todo el mundo.


El conflicto: religión, poder y libertad


Jacobo II ascendió al trono en 1685 tras la muerte de su hermano, Carlos II. Aunque heredó un reino predominantemente protestante, Jacobo era abiertamente católico, lo que generó recelos entre los sectores más poderosos del país. Sus intentos de reinstaurar el catolicismo en la corte y la sociedad inglesa, incluidos los nombramientos de católicos en cargos clave y la emisión de la Declaración de Indulgencia en 1687 para promover la tolerancia religiosa, alienaron a la élite protestante y al Parlamento.


Las tensiones aumentaron en junio de 1688, cuando el nacimiento del hijo de Jacobo, Jacobo Francisco Eduardo, planteó la posibilidad de una sucesión católica, lo que desencadenó temores de una dinastía católica permanente. Hasta entonces, muchos habían esperado que la hija protestante de Jacobo, María, esposa de Guillermo de Orange, heredara el trono y restaurara la estabilidad religiosa.


La invitación a Guillermo de Orange


Un grupo de nobles protestantes, conocidos como los "Siete Inmortales", envió una invitación secreta a Guillermo de Orange, príncipe de los Países Bajos y líder protestante, para que interviniera militarmente y protegiera la fe protestante y las libertades inglesas. Guillermo, motivado tanto por la invitación como por la necesidad de fortalecer su posición frente a Francia, gobernada por el católico Luis XIV, aceptó el llamado.


En noviembre de 1688, Guillermo desembarcó en Torbay, Devon, con un ejército de aproximadamente 15,000 hombres, compuesto por tropas inglesas y neerlandesas. Su avance hacia Londres fue meticulosamente planificado y enfrentó escasa resistencia. Muchos de los oficiales y nobles leales a Jacobo desertaron a su causa, debilitando aún más la posición del rey.


La caída de Jacobo II


El reinado de Jacobo terminó abruptamente cuando, ante la creciente presión, intentó huir a Francia. Aunque fue capturado brevemente, finalmente logró llegar al exilio con la ayuda de sus aliados franceses. Mientras tanto, Londres se preparaba para un cambio radical en su liderazgo político.


En enero de 1689, el Parlamento inglés declaró vacante el trono y ofreció la Corona a Guillermo y María, bajo la condición de que aceptaran limitar el poder de la monarquía. Este acuerdo se formalizó con la aprobación de la Declaración de Derechos en febrero de ese mismo año, un documento histórico que consolidó los derechos del Parlamento y estableció las bases para una monarquía constitucional.


Impacto histórico


La Revolución Gloriosa tuvo repercusiones inmediatas y duraderas. En el corto plazo, aseguró el predominio del protestantismo en Inglaterra y alivió los temores de una monarquía católica. Sin embargo, su importancia trascendió las fronteras inglesas. Estableció el principio de que ningún monarca podía gobernar sin el consentimiento del Parlamento, consolidando el poder legislativo como eje central del gobierno.


Este cambio también reforzó la Carta Magna de 1215 y se convirtió en un modelo para movimientos futuros, incluyendo la Revolución Americana de 1776 y la Revolución Francesa de 1789. Además, fortaleció la relación entre Inglaterra y los Países Bajos, uniendo dos potencias marítimas clave en la lucha contra la hegemonía francesa en Europa.


Legado de exclusión


A pesar de sus logros, la Revolución Gloriosa no fue "gloriosa" para todos. Los católicos y los disidentes religiosos enfrentaron décadas de marginación y exclusión política. En Irlanda, donde la mayoría de la población era católica, las consecuencias fueron especialmente severas, ya que el conflicto entre los partidarios de Jacobo y las fuerzas de Guillermo culminó en la Batalla del Boyne en 1690, consolidando el dominio protestante en la isla.


La Revolución Gloriosa marcó un punto de inflexión en la historia de Inglaterra. Al destituir a un monarca absolutista y establecer un sistema basado en la soberanía parlamentaria, redefinió el concepto de poder en Europa y el mundo. Este evento, que combinó intriga política, conflicto militar y acuerdos diplomáticos, sigue siendo recordado como un hito en la lucha por la libertad y el equilibrio de poder.

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