Haití se libera del dominio francés: Tropas de Dessalines toman Cap-Français

Cap-Français, Haití, 19 de noviembre de 1803 – En un acontecimiento histórico que marca el fin del dominio colonial francés en Haití, las tropas lideradas por el general Jean-Jacques Dessalines han ingresado triunfalmente en Cap-Français (actual Cap-Haïtien), consolidando la victoria de la revolución haitiana. Este logro representa un hito en la lucha por la independencia y la abolición de la esclavitud en las Américas.

Tras la decisiva victoria en la Batalla de Vertières el 18 de noviembre de 1803, donde las fuerzas haitianas derrotaron al ejército francés comandado por el general Rochambeau, las tropas revolucionarias avanzaron hacia Cap-Français. La rendición de Rochambeau y la posterior evacuación de las fuerzas francesas sellaron el destino de la colonia, poniendo fin a más de un siglo de colonización francesa.

En un discurso dirigido a los ciudadanos y habitantes de la ciudad de Cap, Dessalines proclamó: "Con la capitulación de Cap-Français y la toma de Môle, los últimos soldados de la expedición de 1802 enviados a esta isla han desaparecido del suelo de la antigua porción francesa de Saint-Domingue. La conquista de esta parte del territorio de la isla ha sido así completada."

Este triunfo no solo representa la culminación de años de resistencia por parte de esclavos, libertos y líderes revolucionarios como Toussaint Louverture y Henri Christophe, sino que también destaca el debilitamiento de la presencia francesa en el Caribe. La pérdida de Haití supone un duro golpe para las ambiciones coloniales de Napoleón Bonaparte en la región.

Con la retirada de las fuerzas francesas, Haití se encuentra en el umbral de la proclamación de su independencia, prevista para el 1 de enero de 1804. Este hecho convertiría a la isla en la primera república negra del mundo y en un símbolo de esperanza para los oprimidos en todo el planeta.

Las celebraciones se han extendido por todo el país, con cánticos y ceremonias en honor a los caídos durante la revolución. El mundo observa con asombro y admiración cómo Haití se erige como un faro de libertad, demostrando que, incluso bajo las circunstancias más opresivas, la lucha por la justicia y la autodeterminación puede prevalecer.