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Caso Mangione: ¿Cómo funciona el sistema de salud en Estados Unidos?




El reciente asesinato de Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, presuntamente a manos de Luigi Mangione, ha puesto nuevamente en el centro del debate las profundas deficiencias del sistema de salud en Estados Unidos. Este caso ha subrayado la necesidad de reformas urgentes que enfrenten problemas como los altos costos, las barreras de acceso y las marcadas desigualdades en la atención médica. Aquí, las claves de este problema.



Estructura del sistema de Salud estadounidense


El sistema de salud en los Estados Unidos se distingue por ser uno de los más complejos y fragmentados del mundo, debido a la coexistencia de proveedores públicos y privados que operan de manera interdependiente pero a menudo descoordinada. Los seguros de salud privados, ofrecidos por empresas como UnitedHealthcare y Anthem, son la principal fuente de cobertura para una gran parte de la población, principalmente a través de planes patrocinados por empleadores. Paralelamente, el gobierno federal administra programas públicos clave como Medicare, que brinda cobertura médica a personas mayores de 65 años y a ciertos grupos con discapacidades, y Medicaid, diseñado para atender a individuos y familias de bajos ingresos. Sin embargo, a pesar de esta estructura mixta, un número significativo de estadounidenses, estimado en millones, no cuenta con seguro médico debido a factores como los altos costos de las primas, la falta de acceso a planes de empleadores o la exclusión de programas públicos por criterios de elegibilidad. Esta situación genera barreras importantes para acceder a servicios de salud esenciales, lo que contribuye a disparidades significativas en los resultados de salud y en la calidad de vida de las personas afectadas.



Principales problemas


  1. Altos costos. La atención en salud en Estados Unidos es la más cara en el mundo. Una consulta puede costar entre 100 y 200 dólares. Las aseguradoras privadas juegan un papel crucial en este sistema. La mayoría de los estadounidenses obtienen su seguro de salud a través de sus empleadores, lo que significa que las aseguradoras privadas tienen un control significativo sobre los costos y la cobertura. Estas aseguradoras a menudo niegan tratamientos o imponen altos costos compartidos, lo que puede resultar en facturas médicas exorbitantes para los pacientes. Además, las aseguradoras privadas negocian precios con los proveedores de servicios de salud, lo que puede llevar a una variabilidad significativa en los costos de los servicios médicos.


    Los proveedores de servicios de salud, como hospitales y médicos, también operan en un sistema de mercado que prioriza las ganancias. Los hospitales pueden cobrar tarifas altas por procedimientos y tratamientos, y los médicos pueden recibir incentivos financieros para realizar más pruebas y procedimientos, incluso si no son médicamente necesarios. Esto contribuye a un uso ineficiente de los recursos y a la duplicación de servicios, lo que aumenta los costos generales del sistema de salud.


    Además, la falta de coordinación y eficiencia en el sistema contribuye a la duplicación de servicios y a un uso ineficiente de los recursos. Como resultado, más de 100 millones de personas en Estados Unidos tienen deudas por atención médica, y muchos se ven obligados a tomar decisiones financieras difíciles, como recortar gastos en alimentos y vivienda, para poder pagar sus facturas médicas. Esta situación crea barreras significativas para acceder a servicios de salud esenciales y contribuye a disparidades en los resultados de salud y la calidad de vida de las personas afectadas.



  2. Acceso limitado. En 2024, aproximadamente el 7,9% de la población estadounidense, equivalente a 26,2 millones de personas, carecía de seguro médico, una cifra que se ha mantenido relativamente constante en comparación con el 7,6% registrado en 2023.


     La falta de cobertura sanitaria se asocia con un aumento significativo del riesgo de mortalidad; estudios previos han estimado que cerca de 45.000 muertes anuales en Estados Unidos podrían atribuirse a la ausencia de seguro médico, lo que equivale a una muerte cada 12 minutos. Aunque estas cifras provienen de investigaciones realizadas en años anteriores, la correlación entre la falta de seguro y la mortalidad sigue siendo una preocupación vigente en el sistema de salud estadounidense.


  3. Desigualdades. Las disparidades en el sistema de salud de Estados Unidos son profundas y multifacéticas, influenciadas por factores como ingresos, género, raza y ubicación geográfica. Las comunidades rurales y de bajos ingresos enfrentan barreras significativas para acceder a atención médica de calidad, incluyendo la falta de seguros médicos y servicios de salud limitados. Las mujeres, especialmente aquellas pertenecientes a minorías étnicas, enfrentan desafíos adicionales en salud materna y reproductiva. La desigualdad sistémica contribuye a que las mujeres en EE. UU. experimenten peores resultados de salud y una esperanza de vida más corta en comparación con otros países desarrollados.


    Asimismo, las poblaciones afroamericanas y latinas presentan tasas más altas de enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, resultado de barreras sistémicas que limitan su acceso a servicios de salud preventivos y de calidad.



  4. Resultados deficientes. Estas desigualdades perpetúan un sistema de salud inequitativo que afecta negativamente a millones de estadounidenses, reflejándose en resultados deficientes a nivel nacional. A pesar de que Estados Unidos destina más recursos a la asistencia sanitaria que cualquier otro país, los estadounidenses presentan una esperanza de vida menor y tasas más altas de enfermedades crónicas en comparación con otras naciones desarrolladas. En 2023, la esperanza de vida al nacer en Estados Unidos era de casi 79 años, dos años menos que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).


    Los estadounidenses pasan en promedio 12,4 años viviendo con enfermedades, una cifra que supera los valores registrados en otros países y que refleja un aumento respecto a los 10,9 años en 2000. Se estima que el 60% de los adultos estadounidenses tiene, al menos, una enfermedad crónica, como obesidad, diabetes o enfermedades cardíacas.



Impacto del caso Mangione en la opinión pública


El caso de Luigi Mangione ha puesto de manifiesto la frustración de algunos sectores de la sociedad con el sistema de salud estadounidense. Mangione, quien padecía problemas de salud y expresó su descontento con las aseguradoras, ha sido visto por algunos como un símbolo de protesta contra las inequidades del sistema. Sin embargo, su acto violento ha sido condenado, y las autoridades lo han acusado de asesinato y terrorismo.





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