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Alejandro Magno derrota a Darío III en Gaugamela, sellando el fin del Imperio persa





Gaugamela, Irak, 1 de octubre de 331 a. C. – En un enfrentamiento que marca un punto de inflexión en la historia, Alejandro Magno ha derrotado al rey persa Darío III en la emblemática batalla de Gaugamela, situada a unos 27 kilómetros al noreste de Mosul, actual Irak. Este triunfo decisivo de las fuerzas macedonias pone fin al poderío del Imperio persa y consolida a Alejandro como uno de los más grandes conquistadores de la historia.


La batalla se desarrolló en un terreno cuidadosamente elegido por Darío para aprovechar la superioridad numérica de su ejército, que según estimaciones superaba los 100,000 hombres, entre ellos carros de guerra con cuchillas y elefantes. Sin embargo, la táctica y disciplina del ejército macedonio, liderado personalmente por Alejandro, demostraron ser implacables. Con un ejército de aproximadamente 47,000 soldados, Alejandro lanzó un ataque estratégico que rompió las líneas persas, desmoronando la resistencia de las tropas de Darío.


El momento crucial ocurrió cuando Alejandro, aprovechando una apertura en las defensas enemigas, lideró una carga de caballería hacia el centro del ejército persa, buscando directamente a Darío III. Aunque el monarca persa logró escapar, abandonó el campo de batalla, dejando a su ejército en caos y facilitando la victoria macedonia.


Este triunfo marca el fin del Imperio aqueménida, que había dominado gran parte de Asia durante más de dos siglos. Tras la huida de Darío, Alejandro se consolida como el nuevo soberano de las tierras persas, extendiendo su imperio desde Grecia hasta Egipto y más allá del río Indo. Con la caída de Persépolis en el horizonte, la capital del Imperio persa, Alejandro ha comenzado su transformación de Macedonia en el mayor imperio del mundo conocido.


Con la victoria de Gaugamela, el joven rey de apenas 25 años ha demostrado no solo su capacidad militar, sino también su visión para unificar vastos territorios bajo su gobierno. Su ambición, sin embargo, no parece detenerse aquí, y los observadores anticipan nuevas conquistas en su campaña para expandir su imperio.


Se espera que, en los próximos días, Alejandro entre en Babilonia, donde será recibido como liberador, consolidando aún más su poder en la región.

 

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